A pesar de que, en general, el queso es un producto lácteo fermentado rico en nutrientes y bien tolerado, sus efectos sobre la salud siguen siendo objeto de debate y controversia.
Esto se debe a que, por un lado, el queso es una rica fuente de proteínas de alta calidad, lípidos, minerales, vitaminas, probióticos y moléculas bioactivas. Por otro lado, sin embargo, puede contener un alto contenido en grasas saturadas y sal, elementos considerados inapropiados sobre todo para preservar la salud cardiovascular.
Un estudio reciente publicado en Advances in Nutrition revisó algunos datos al respecto y esto es lo que se encontró.
A pesar de que, en general, el queso es un producto lácteo fermentado rico en nutrientes y bien tolerado, sus efectos sobre la salud siguen siendo objeto de debate y controversia. Esto se debe a que el queso es, por un lado, una rica fuente de proteínas de alta calidad, lípidos, minerales, vitaminas, probióticos y moléculas bioactivas.
Por otro lado, puede contener un alto contenido en grasas saturadas y sal, elementos considerados inadecuados sobre todo para preservar la salud cardiovascular. Un estudio reciente publicado en Advances in Nutrition revisó algunos datos al respecto y esto es lo que se encontró.
El estudio publicado en Advances in Nutrition fue realizado por un equipo mixto de investigadores universitarios, que procedieron a depurar los datos disponibles hasta el momento y a revisarlos. Lo que se descubrió estaría relacionado con la asociación del consumo de queso con 47 efectos importantes para la salud. El resultado permitiría hipotetizar, en resumen, cómo el consumo de queso no acorta la vida.
El estudio parece haber constatado que existiría una relación inversa entre el consumo de queso y la mortalidad, por todas las causas (-7%) y por enfermedades y eventos cardiovasculares (-5%). No se encontró ninguna correlación entre el consumo de queso y determinadas enfermedades como el cáncer y la hipertensión (efecto neutro).
Según el estudio, para que el queso tenga un efecto neutro sobre la salud, debe consumirse con moderación, manteniéndose siempre por debajo de los 40 gramos o menos al día (y no necesariamente consumirse todos los días).